Son muchas horas frente al ordenador con todas las redes sociales, foros, blogs, webs y yo que sé más, buscando el candidato o la información que necesito e incluso podría necesitar. La autoformación en mi trabajo es sin duda imprescindible no solo a nivel de RRHH, sino a nivel técnico como comenté en su momento hablando de Investiga tu lado más técnico.
Si hay una cosa que me apasiona de mi trabajo es la parte del nethunting. Investigar por la red e ir detectando a desarrolladores con talento para aprender cada día de ellos/as y tenerles en el radar para poder contarles oportunidades profesionales a corto, medio o largo plazo, me encanta!
¿Podría hacer mi trabajo igual de bien o mal, si no tuviera esa inquietud? Pues es bastante probable que no afectara al desarrollo del trabajo e incluso a la consecución de los objetivos, pero creo firmemente que perdería credibilidad, visión, calidad y pasión. Está claro que cada maestrillo tiene su librillo, pero seguro que nadie pone en duda, la importancia de la autoformación. De hecho, no hay mejor ejemplo que el campo de la tecnología.
Haciendo caso a mi experiencia profesional, puedo afirmar que hay un patrón que se repite: Los buenos desarrolladores se distinguen de los malos porque hacen mejor su trabajo (punto). Los mejores de los buenos, porque van más allá de su trabajo; la pasión por su profesión traspasa cualquier tipo de barreras.
Si tienes una idea, ¿por qué no intentar llevarla a cabo?
David Vicente Campos está finalizando la universidad y son de esos desarrolladores que están continuamente formándose. Me comentaba que la informática se ha hecho un hueco en todas las disciplinas conocidas como las matemáticas, física, química, biología, sociología, ingeniería y un largo etcétera. Por ello, no es de extrañar que los profesionales de todas estas disciplinas quieran aprender de la magia de la programación para poder llegar a resultados de manera más rápida y precisa que con las herramientas convencionales; poder realizar simulaciones, cálculos numéricos y estadísticos o incluso llegar a fabricar su propio hardware para realizar dichas tareas.
Reconoce que una de las mejores cosas que tiene la programación, es sin duda la sensación de tener herramientas para poder realizar casi cualquier proyecto que podamos imaginar. Probablemente este es el motivo por el cual se le dedican tantas horas a la programación fuera del trabajo, ya que si tienes una idea, ¿por qué no intentar llevarla a cabo?.
Si a esto le sumamos la gran comunidad que se ha ido formando en los últimos años, gracias a proyectos como Stack Overflow, en los cuales los desarrolladores comparten sus experiencias y opiniones, se ayudan mutuamente a resolver dudas, problemas y se debaten las distintas maneras de hacer las cosas, se obtiene una combinación perfecta entre la capacidad y el apoyo necesario para llevar a cabo sus proyectos.
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Las contribuciones de tecnología open source ayudan a ser mejor desarrollador
Ignacio Velázquez, uno de los desarrolladores back/frontend que siempre está contribuyendo a la comunidad Symfony, comenta que gracias la accesibilidad de los ordenadores para la mayoría de población, puede despertar interés por parte del usuario el investigar qué aplicaciones descargar para la necesidad que le surja. Afirma que es cuestión de tiempo que si te interesa la tecnología y la programación empiece a documentarse para ser autosuficiente y desarrollar lo que sea que necesite.
Igual que Ignacio y otros tantos desarrolladores que conozco, reconocen que se nutren de documentación gratuita y online sobre tecnología que quieren usar. Ignacio, agradece que todas estas contribuciones de tecnología open-source, al ser un código libre con un montón de contribuidores, permita crear un cierto trabajo en equipo y mente colmena que mejora las librerías que luego usan. Si a eso le sumamos la visibilidad como desarrollador, hay una reciprocidad perfecta.
Más importante es la calidad de la experiencia que la cantidad en número de años
Hablando con Javier Cuevas, CEO de Diacode y CTO de @Gudog, me comentaba que existe un burn-rate de desarrolladores bastante alto a medida que avanzan en edad, de hecho mencionaba este otro artículo que habla sobre ello. En su opinión cree que es algo natural, teniendo en cuenta el ritmo al que avanza la tecnología en general y el desarrollo de software en particular, haciendo complicado mantenerse siempre en la cresta de la ola.
En ocasiones, aunque uno quiera esforzarse por estar a la última, puede suceder que la metodología de trabajo haya cambiado lo suficiente como para que la forma de trabajar actual ya no sea atractiva para alguien que se formó hace 20 años. Por esto, cree que no será desarrollador toda la vida, ya que o bien la profesión desaparecerá de aquí a 20 años, o bien cambiará tanto que es probable que ya no le entusiasme de la manera en la que lo hace hoy.
Algo que ha aprendido en los últimos años es que es mucho más importante la “calidad” de la experiencia pasada, que la cantidad en número de años. Es decir, es más importante “¿qué has hecho en el pasado que sea relevante? ¿en qué proyectos has participado? ¿qué retos has asumido? frente a la típica pregunta trampa ¿cuántos años llevas programando?.
Pregunta típica que solemos hacer (sobre todo los de RRHH) y que tal vez es hora de eliminarla de nuestras entrevistas, además de ver la pasión que muchos desarrolladores demuestran más allá de un simple CV.