Aprendiendo de los peores

De lo malo se aprende -aunque nos duela- y de nosotros depende hacer una buena o mala lectura.
Emma Salamanca
2 jul 2014 · 3 minutos de lectura

Solemos aprender de los que de una u otra forma han tenido éxito en su vida, conocer sus secretos de éxito y mejorar cada día Aprendiendo de los Mejores. Nos resulta tan fácil y tan agradecido recordar esas personas y momentos que han marcado positivamente nuestra vida que olvidamos a esos jefes, amigos, colegas, mentores, recuerdos, etc que nos marcaron negativamente, esos que optamos por criticar o por olvidar, dejando a un lado algo muy importante, aprender de los peores.

La vida es un viaje cargado de obstáculos y de oportunidades, de cómo afrontemos ese viaje, dependerá nuestras mejores enseñanzas. Ya sabemos que el concepto de éxito es relativo y que son los mejores los que consiguen lo que se proponen, pero ¿y si cambiamos el foco?  ¿y si reflexionamos sobre lo que NO queremos tener, ser, hacer o parecer?

Una de las cosas más complicadas de comprender es que el placer y el dolor forma parte de la vida.  A nadie le gusta sufrir, así que no nos queda otra que aprender de todo lo que vivimos, enfrentarnos a la vida tal como viene y nos conviene (como tanto me gustó al leer decir a Julia de Miguel) y saber que la única forma de sobrevivir y un nivel más, aprender a vivir, es asumiendo, digiriendo y siguiendo, sin mirar atrás, nada más que para coger carrerilla.

Mientras escucho “Still Got the Blues” de Gary Moore estaba pensando en esos aniquiladores emocionales que han pasado por nuestra vida arrasando con todo lo que se cruzaba en su camino, de esos trabajos en los que decidimos vender el alma porque era nuestra obligación para ser buen profesional y nos tocó ser despedidos, de esos amigos que aparecen para tus risas pero desaparecen para tus lágrimas, de ese crujir de nuestro corazón cuando nos sentimos abandonados o rechazados, de ese maldito ataque de ansiedad cuando creíamos perder el control de nuestra vida ...esos momentos cotidianos que seguro que nos ha tocado vivir a muchos de nosotros, pero ¡oigan! ¡salgamos del bucle! que hay cosas mucho peores y que para mal rollo ya tenemos a ese amigo victimista que haga sol o no, estés feliz o no, esté donde esté, siempre tiene esa nube lloviendo sobre su cabeza capaz de eclipsar al mismisimo sol.

Sabemos que las emociones mal gestionadas nos hacen daño a nosotros mismos y a los demás. No es necesario que enumere las claves del éxito o las claves para ser feliz porque no tengo ni puñetera idea, pero si una cosa tengo clara es que de lo malo se aprende -aunque nos duela- y que de nosotros depende hacer una buena o mala lectura.

Del hablador he aprendido a callar; del intolerante, a ser indulgente, y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud hacia esos maestros - Gibran Jalil Gibran.

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