Los candidatos compiten por un mismo puesto, las empresas seleccionan al que mejor les encaja. Una situación que siempre ha existido y que se ha visto agravada con la crisis. Una lucha por la supervivencia laboral donde ya no valen las antiguas estrategias en atracción-gestión del talento ni tampoco las estrategias tradicionales en la búsqueda de empleo. Si queremos sobrevivir, tenemos que diseñar acciones adaptadas al entorno y por tanto, llevar a cabo un plan de acción diferente.
Las empresas luchan por atraer y mantener a los mejores profesionales, los candidatos luchan por destacar entre la multitud y quitarse del medio al resto de competidores. Hablamos del mercado competitivo. (léase con voz dramática).
Las redes sociales como escaparate profesional
Con el auge de las redes sociales, hemos encontrado el mejor de los medios no sólo para posicionarnos en el mercado laboral, sino también para detectar a los mejores profesionales. Sin embargo, estar en las redes sociales tiene sentido, siempre y cuando, nos ayude a conseguir nuestro objetivo, nos resulte útil e incluso necesario en nuestro trabajo o si queremos que nos encuentren más fácilmente.
No hay que estar en la red “por estar”: hay que aportar, comunicar, producir. Zumo de Empleo
Por tanto, si decidimos estar en las redes sociales, tenemos que hacerlo bien.
Los cazatalentos: ángeles y demonios
Aunque resulte sorprendente en la época de desempleo que vivimos, os puedo asegurar que la mayoría de los profesionales que se incorporan en las empresas, son profesionales que deciden cambiar de trabajo. Si hablamos en términos estadísticos, os digo mis datos: el 99% de los desarrolladores/as que forman parte de los procesos de selección en los que colaboro, están trabajando. Es inusual encontrarte desempleados -aunque estén trabajando y no en la mejor de las condiciones como comentaban nuestros colegas de Genbeta Dev- .Un contraste bastante marcado con respecto a otros sectores.
Los headhunters o cazatalentos somos percibidos como profesionales que hacemos el mal y el bien a la vez, inquietamente se nos otorga ese don. Para unos, somos el mal que tienta y engaña ofreciendo oportunidades profesionales, ladrones de talento capaces de vender su alma al diablo con tal de facturar. Para otros, somos mensajeros de buenas oportunidades, aliados en la mejora del talento de las empresas y acompañantes en el desarrollo profesional del candidato.
Vamos a dejarnos de doble moral y mirar de frente al mercado competitivo:
1. Si queremos que nos encuentren, nos tenemos que poner en el punto de mira . Ya sabemos que las redes sociales son una de las mejores formas para darnos visibilidad y aparecer en el mayor número de búsquedas. Para ello, hay que trabajar la imagen profesional.
No es verdad que si no estás en las redes sociales no existes, pero si no estás … ¿Cómo te van a encontrar? Eva Collado
2. La representación del talento. ¿Por qué no somos los headhunters los contratados por el candidato? Utilicemos nuestra experiencia, conocimiento del mercado y habilidades de comunicación-negociación para buscarles, guiarles y presentarles las mejores oportunidades profesionales. De la misma forma que futbolistas y artistas tienen su representante, ¿por qué no generalizarlo a otras profesiones?. En EEUU, muchos _developers_ ya tienen su representante. En España, ya estamos en ello.
3. Trabajaremos la imagen profesional pero siendo fieles a la realidad . Si hemos decidido utilizar las redes sociales para darnos visibilidad y mejorar nuestra imagen como profesional, evitaremos no crear una imagen distorsionada de la realidad. No caigamos en ir de expertos por la vida ni sobrevender lo bien que se trabaja en nuestras empresas, porque creamos unas expectativas que luego no hay dios que las pueda cumplir.
4. Tan importante es atraer el talento como mantenerlo una vez conseguido. Tengamos presente la debilidad del ser humano de relajarnos cuando hemos conseguido lo que tanto nos ha costado. No hay mejor estrategia en la atracción del talento que cuidar el que ya tenemos dentro de nuestras empresas. Si quieres atraer a gente nueva, trata bien a los tuyos. Tal vez, también se acaben marchando, pero el tiempo que estén, trabajarán a gusto y no dudarán en hablar bien de la que un día, fue su empresa.
Conclusión
Si queremos tener en nuestra lista a los mejores profesionales y a las mejores empresas, debemos preocuparnos por establecer una relación a largo plazo y no tantas tácticas cortoplacistas. Basemos nuestras relaciones en la confianza, la transparencia y la honestidad. Demostremos con oportunidades y no con palabras. Seamos aliados con un objetivo común… sin perder nunca de vista que en este mercado competitivo cada uno va a lo suyo, menos yo que voy a lo mío.