Con este titular tan radical y aparentemente inflexible, comienzo a exponer un problema que me tiene bastante interesada. Por un lado, las empresas no encuentran talento software y por otro, los desarrolladores y desarrolladoras no encuentran oportunidades interesantes.
Me recuerda a las típicas conversaciones entre amigas hablando de lo complicado que es encontrar al hombre perfecto. Si con treinta y tantos todavía no ha llegado ese momento, hay algo que no se está haciendo bien (y lo sabes).
Buscamos sin saber lo que buscamos, nos conformamos con lo que encontramos, exigimos sin ofrecer y damos por hecho sin preguntar. Así somos los humanos. Cuando hablamos de trabajo, hablamos de una relación con nuestra empresa y como en el amor, si no se cumplen una serie de condiciones, no nos interesa.
El cambio siempre tiene que ser a mejor
Ya lo comenté en su momento, la mayoría de los desarrolladores de software de nuestro país, están trabajando. Por lo que sólo las empresas que sean capaces de aportar un valor añadido más allá de lo de siempre, serán capaces de atraer y fidelizar el talento que les interesa.
Se habla de que las empresas no encuentran talento porque no hay profesionales especializados, pero nadie habla que son muchos los candidatos que rechazan incorporarse a esas empresas.
Si somos una empresa con problemas para contratar a buenos profesionales, pensemos qué condiciones ofrecemos. Ningún candidato querrá incorporarse con nosotros, si no aportamos algo diferente. Si el desarrollador está valorando incorporarse en nuestra empresa, pero no le aportamos un valor diferencial y una mejora profesional, nos rechazará.
Plan de motivación a largo plazo
Como empresa, hemos decidido asumir que tenemos que aportar un valor diferencial para atraer y mantener a los desarrolladores que nos interesan, pero no tenemos definido ese valor. Para ello, lo primero es dejar de pensar de manera cortoplacista y proponer un plan a largo plazo.
No se trata de darle lo que le motiva ahora y olvidarse. Hay que tener siempre presente que las motivaciones varían a lo largo del tiempo en cada uno de nosotros e incluso pueden ser diferentes entre unos y otros. Por eso, debemos recordar que las motivaciones no son estables a lo largo del tiempo y no menos importante, dar por hecho que a todos nos motiva lo mismo.
Gestión flexible del talento
Si partimos de la base que para atraer y mantener el talento de nuestra empresa, tenemos que establecer estrategias de gestión a largo plazo centradas en el desarrollo profesional de nuestros equipos, tenemos que tener presente que la principal característica que debe reunir nuestro modelo de gestión del talento es la flexibilidad.
Conclusión
Cuando se crea un entorno de trabajo flexible, el profesional conecta con su empresa, su equipo y su trabajo. Encuentra el significado y el sentido de propósito de su trabajo. Tiene sensación de libertad, de confianza, de compromiso.
En conclusión, la motivación y la productividad aumenta. Y así, todos ganamos.
La burocracia, rigidez y cultura del presentismo no está hecha ni para contratar ni para fidelizar el talento.