Profesionales tóxicos en el trabajo: Los "Yo-Yo"

Cómo detectar, describir, destapar y defenderse de profesionales con comportamientos egocéntricos.
Emma Salamanca
2011-02-06 · 4 minutos

Como hablamos en el anterior post, los profesionales que se comportan de manera tóxica nos pueden amargar la existencia en el trabajo y debemos estar preparados para neutralizar sus efectos.

Seguiremos la misma metodología 4D (Detectar, Describir, Destapar, Defenderse) de estos profesionales, ahora nos enfocaremos en los profesionales egocéntricos, narcisistas o coloquialmente llamados “yo-yo”.

¿Cómo describirlos?

Probablemente hayas trabajado con alguien que necesita ser admirado a toda costa, exhibiendo un aura de superioridad que lo lleva a fantasear sobre sus logros pasados, menospreciando las contribuciones de los demás y exagerando las suyas. Este tipo de personas creen en sus propias mentiras para proyectar una imagen que va más allá de su realidad y tienden a hablar en primera persona, enfocados únicamente en sí mismos.

Son profesionales con comportamientos tóxicos porque priorizan exclusivamente sus propias necesidades e intereses, sin considerar las de los demás. Su presencia suele agotar la paciencia de quienes los rodean y, en el extremo, pueden desvalorizarte si perciben que amenazas su autoestima.

Foto: Powerful Watch, (cc by-sa) Taís Melillo

¿Cómo detectarlos?

Veamos algunas señales que nos ayudarán a reconocer a estos individuos en el día a día laboral:

  • No escuchan ni permiten que otros hablen
  • Siempre buscan hablar de sí mismos, sin importar la situación
  • Requieren atención y admiración constante, disfrutan de tener seguidores
  • No dudan en menospreciarte si sienten que amenazas su autoestima
  • Disfrutan de ser el centro de atención y recibir elogios públicos
  • Siempre hablan en primera persona
  • Se aprovechan de otros para alcanzar sus objetivos
  • Exageran sus logros y conflictos superados, inflando todo lo relacionado con su vida
  • Pueden sentir envidia y percibir como amenaza a quienes tienen un perfil más destacado que el suyo.

¿Cómo destaparlos?

Dada su naturaleza exhibicionista, su comportamiento tiende a ser transparente.

¿Cómo defenderse?

Una vez identificados, lidiar con este tipo de profesionales puede ser más manejable si comprendes sus motivaciones y necesidades. Generalmente, basta con darles -mucha- atención y reconocimiento. Sin embargo, no es tan sencillo, su manera de comportarse llega a ser agotadora. Por un lado, pueden verte como una amenaza, y por otro, pueden poner a prueba tu paciencia.

Algunas claves para neutralizar sus efectos y evitar conflictos radica en:

  • No reforzar los comportamientos que te molestan: Ignóralos para extinguirlos. Esta técnica, conocida en psicología como extinción u omisión de la conducta, implica que si quieres que un comportamiento disminuya o desaparezca, debes optar por no reforzarlo e ignorarlo.
  • Abordar sus errores de manera constructiva y en privado: En lugar de halagarlos, señala sus errores de forma constructiva siempre que puedas hacerlo sin provocar una reacción defensiva. Estas personalidades son bastante susceptibles, por lo que si criticas de manera destructiva, es posible que se sientan amenazados y reaccionen ofensiva y/o defensivamente.
  • Evitar ser percibido como una amenaza: Hazles ver que complementas sus habilidades en lugar de competir con ellos. Si perciben tu profesionalidad como una amenaza, ¡cuidado! Tendrás que gestionar este conflicto utilizando otras técnicas.

Consejos adicionales

Garantizar el éxito en la gestión de estos comportamientos no es tarea fácil. Una vez identificados, es clave considerar diversas variables como las circunstancias específicas y el rol que cada uno ocupa en la empresa. Para obtener más información y estrategias útiles, te recomendamos leer el artículo “Algunos jefes son muy malos para la salud“, publicado por El País, así como el post Manuel Gross: “Los peligros del lado oscuro del Liderazgo Carismático”, que aborda cómo los gerentes narcisistas manejan las organizaciones.

¡Y recuerda, mucha paciencia!

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